Ghazal de José Henriques
La rueda de la creación gira y gira la velocidad es vertiginosa, no la podemos parar
Por eso vivimos apurados, pensando que podemos realizarlo con gran celeridad
Cinco mil años atrás sus amantes viajaban durante semanas en carretas de bueyes
Bajo la lluvia o el calor y con cada traqueteo le cantaban al amor
En esos días lo llamaban Krishna, sus amantes eran seducidos por el sonido de su flauta
Los más grandes guerreros se arrodillaban ante Él empuñando lirios rojos como armas
La rueda sigue girando, de ella no podemos saltar, mejor caminar hacia el centro
Los más grandes guerreros se arrodillaban ante Él empuñando lirios rojos como armas
La rueda sigue girando, de ella no podemos saltar, mejor caminar hacia el centro
Él nos espera… ha venido de nuevo a la Tierra y nos cautiva con su silencio
La seducción sigue, hasta que el amante en su desamparo lo induce a entrar en su casa
¡Da banquetes en su honor y fiestas sin fin!… no olvides él quiere ser el único invitado
Puedes cantarle o hacer música, a tu alcance tienes el instrumento más sublime
Él no puede soportar la lejanía al escuchar las notas de un corazón puro, embriagado
Querido amigo no puedes imaginar el poder que tienes al alcance de tus manos
Querido amigo no puedes imaginar el poder que tienes al alcance de tus manos
Aquél que es Libertad absoluta se vuelve el esclavo del amor de sus amantes.
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