Holi, es uno de los festivales más
impactantes de India. Se celebra con la llegada de la luna llena que anuncia el final del
invierno y el inicio de la primavera.
Holi, conocida originalmente como Holika, es
una fiesta religiosa celebrada tanto por hindúes como por sijs. Se celebra a lo largo y ancho de la India, aunque el nombre y los ritos
que acompañan a la fiesta varían de un estado a otro.
Una de las celebraciones más populares y extensas tiene
lugar en las ciudades de Vrindavan y Mathura, donde la fiesta de Holi llega a
durar dieciséis días mientras que en el resto del país la fiesta dura tan solo tres.
Y esto es así
debido a una antigua historia que tiene como protagonistas a Krishna y Radha. Krishna creció en
Vrindavan y Mathura. Cuenta la leyenda que un día Krishna se quejó a su
madre por el contraste entre su color oscuro y el color claro de Radha.
Entonces la madre de Krishna decidió colorear la cara de Radha. Es por esta razón
que en Mathura, el día de Holi se celebra con una ceremonia especial, con trajes tradicionales
para venerar a Krishna y conmemorar al
amor divino de Radha por Él.
Al margen de la duración más o menos extensa de la
fiesta, existen dos días que resultan claves: la víspera, conocida como Holika Dahan o "la noche de la hogueras" y Dhuleti, una fiesta sin freno pasada
por agua multicolor. No existen rituales especiales, salvo el de tirar agua teñida de colores a todo aquel
que se cruce en el camino.
El holi es una fiesta que no sabe de restricciones, reúne a hombres y mujeres de toda clase. Bajo los colores del Holi no hay edad, posición
social, casta, sexo o religión.
La sensación de liviandad que nos provoca este colorido anonimato, quizás nos permita animarnos a ser osados y creativos... aunque sea tan solo por un día.
El solo hecho de salir a la calle durante el Holi supone aceptar las reglas del juego, estar dispuestos a volver a ser niños por un rato y asumir que habremos de regresar a casa con una tonalidad diferente de aquella que solemos usar para salir a vivir.
A ver ustedes, ¿con qué colores les gustaría pintar su Holi?
La sensación de liviandad que nos provoca este colorido anonimato, quizás nos permita animarnos a ser osados y creativos... aunque sea tan solo por un día.
El solo hecho de salir a la calle durante el Holi supone aceptar las reglas del juego, estar dispuestos a volver a ser niños por un rato y asumir que habremos de regresar a casa con una tonalidad diferente de aquella que solemos usar para salir a vivir.
A ver ustedes, ¿con qué colores les gustaría pintar su Holi?
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